Terapia Psicológica y Flores de Bach

martes, 24 de febrero de 2015

El síndrome del emperador

¿Hijos Tiranos...? ¡En mi casa no, ¿verdad tesoro?!




En la entrada anterior ¡Soy Pro-Disney! hablábamos de que uno de los problemas más persistentes en nuestra sociedad actual era la de niños con baja tolerancia a la frustración, y mi postura es clara al respecto, los padres somos totalmente responsables al respecto. Hoy en día existe el Síndrome del Emperador (Sí, leyó usted bien), que se trata de un trastorno de conducta en el cuál los niños actúan como verdaderos tiranos de siglos pasados presentando comportamientos déspotas y autoritarios.

Si bien hay muchas posturas respecto al origen de este síndrome entre los cuáles se encuentra un origen fisiológico y/o genéticos, la mayoría de los expertos coinciden en que es más bien relacionado a una carencia de educación y a la falta de límites por parte de los padres.

En tiempos pasados los padres eran la máxima e incuestionable autoridad de la familia, hoy en día hemos pasado a un sistema que procura la flexibilidad y la racionalidad, sin embargo ha terminado ganándole a esta racionalidad el miedo de "traumar" a los niños al negarles sus deseos, lo que nos lleva al otro extremo de la balanza que termina siendo igualmente dañino para el pequeño. Los padres de niños Tiranos suelen ser padres hiperatentos, sobre-protectores, que son incapaces de verlos "sufrir" por lo que les "evitan" esa ansiedad consintiendo sus caprichos así como explicando y justificando sus decisiones con ellos.

Un niño Tirano se caracteriza por ser inteligentes, presentar comportamientos agresivos tanto verbales o físicos y/o conductas desafiantes o provocadoras de ira en los padres y de violación de las normas y límites familiares, tener grandes dificultades para aceptar el límite de su autonomía, baja tolerancia a la frustración acompañada de un alto nivel de egocentrismo, poca empatía y autoestima.

Como pueden observar no es sólo un problema  que se limita al "oso" que harás en el súper por negarle algo a tu chiquitín, si esto trasciende puede volverse un problema de adicción, problemas con la autoridad e incluso de violencia. Según el experto en la materia, el psicólogo criminalista Vicente Garrido "los niños se creen con derecho a exigir y lograr –sea como sea-, lo que se les antoja cuando lleguen a la edad adulta serán hombres y mujeres violentos, agresores de sus parejas y acosadores de sus compañeros de trabajo, cuando no fracasados sociales o delincuentes". 


Amar es poner LÍMITES


Según el psicólogo Javier Urra "algunos psicólogos y pedagogos han transmitido el criterio de que no se le puede decir no a un niño, cuando lo que le neurotiza es no saber cuáles son sus límites, no saber lo que está bien y está mal. Ésa es la razón de que tengamos niños caprichosos y consentidos, con una filosofía muy hedonista y nihilista".

Entonces, ¿Cómo podemos evitar criar pequeños tiranos?


  1. DEJA DE JUSTIFICARLO. Reconocer que tienes un hijo tirano es el primer paso para poder recibir ayuda.
  2. Ponte de acuerdo. Habla con tu pareja en cómo quieren educarlos, cualquier discrepancia la van a notar y es ahí donde aprovecharán para salirse con la suya.
  3. Crea una rutina y aplícala. Fija horarios para comer, dormir, hacer tarea, etc asi como de sus tiempos de juego y recreación, a estos también fíja muy bien sus reglas. 
  4. Dale obligaciones dentro de la casa. ¡No le hace daño un poco de trabajo! Si quieres que tu hijo tenga los pies en la tierra pon responsabilidad sobre sus hombros.
  5. Evita amenazarlo. Sobre todo cuando no cumplirás con tus amenazas, además estas sólo producirán que el persista con su negación y le harán sentir inseguro.
  6. Conecta la boca con la mente pensante, no con las emociones del momento. Recuerda que si dices algo no se puede uno retractar, así que piensa bien las cosas antes de decirlas.
  7. El niño es él... El ponerse a su altura no es la opción que un adulto aplica, respirar y contén tus ganas de gritarle o zarandearlo como un niño haría, evita a toda costa ponerle atención mientras no se calme.
  8. Argumentar no sirve de nada. ¡Son niños! y no tienen la capacidad pensante que nosotros tenemos, con esto no quiero decir que sean tontos, sino que ellos se guían por las acciones, esas son las que les dan el verdadero significado a las palabras. 
  9. Evita discutir. Recuerdale las reglas que han fijado y que su deber de respetarlas, siempre en tono firme y calmado.

Por último recuerda, que esto es un proceso, no se va a lograr de la noche a la mañana, se requiere trabajo, mucha paciencia y sobre todo persistencia. A largo plazo los resultados serán papás orgullosos y adultos felices.


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